Los Primeros Pasos
Todo comenzó en un pequeño estudio alquilado en el centro de Palma. Esperanza Montilla, con más de quince años de experiencia en danza contemporánea por toda Europa, decidió establecer un espacio donde la expresión corporal pudiera florecer sin límites. Las primeras clases reunían apenas ocho estudiantes, pero la pasión era palpable.